domingo, 14 de junio de 2009

PLAZUELA PASTEUR Y ALREDEDORES (II PARTE)

VILLAHERMOSA ANTIGUA
1930 – 1950
(Legado a la actualidad)
Antonio Vidal Cruz


Plazuela Pasteur y Alrededores
(Parte II)

El croquis adjunto da testimonio de lo que eran las actividades de la Plazuela Pasteur y lo que había a sus alrededores en lo que hoy llaman la Explanada de Plaza de Armas y el estacionamiento del Gobierno del Estado, que abarcaba toda aquella área productiva, desde Vicente Guerrero hasta el río Grijalva y de Vázquez Norte al Paso del Macuilis.

Todo esto quedó sepultado por la enorme plancha que erróneamente las autoridades a su paso por el gobierno decidieron hacer sin consulta, ni respeto alguno al soberano pueblo, porque lo consideran sin razonamiento, siendo todo lo contrario porque “el pueblo es sabio”.

Volviendo al recorrido por la calle Vázquez Norte, llegamos hasta la calle Madero. Cruzando dicha avenida estaba el parque “A la madre” al que conocíamos por el malecón y junto a este parque (donde actualmente se encuentra la Venus bañándose con una jícara, justo a donde desemboca la calle Madero al malecón) estaba el muelle oficial, llamado así porque a 50 metros río arriba había otro muelle frente a las oficinas de la Cootip, pero era de índole particular donde llegaban las embarcaciones de esa cooperativa.

En éste muelle atracaban todo tipo de embarcaciones de mayor capacidad, que hacían recorridos nacional e internacional, transportando mercancías para la distribución del comercio en el Estado. A un costado tenía una rampa de cemento- porque el muelle era de tablones de tres pulgadas de grueso para resistir las maniobras pesadas- donde bajaban o subían a los vehículos de los barcos.

Para las maniobras de carga y descarga en los barcos, se contaba con la valiosa intervención de los miembros del Sindicato de Alijadores, quienes usaban una moto-grúa, con neumáticos y diez toneladas de capacidad, que tenía el sistema hidráulico vertical en la parte delantera, que permitía acercarse a la orilla del muelle hacía el río para facilitar la maniobra de enganchar a los contenedores y ponerlos abordo de los camiones del sindicato mencionado, mientras que los trabajadores hacían la tarea que les correspondía.

Esa carga la transportaban a la bodega de cabotaje, que estaba en la calle Vázquez Sur, esquina con el callejón de ésta al paso del Macuilis, de donde otro sindicato, el de Porteadores, se encargaba de rescatar para distribuirla al comercio de Villahermosa y a los municipios por medio de otros similares.

Continuando con el recorrido de Vázquez Norte, ahora en la acera derecha de Vicente Guerrero rumbo al río en la esquina de Vázquez Norte y Guerrero, estaba el domicilio del maestro peluquero Don Eleazar Gil, quien atendía a sus clientes en la peluquería “El Fénix”, ubicada en la calle Juárez, en un local de la Casa de los azulejos, donde hoy está un museo.

Luego de este domicilio estaba la casa de Don Pancho González quien era el papá de Loloíto con quien patinábamos en Plaza de Armas y dos hermanos más; además de una sobrina, en esa casa se observaba en la sala unos muebles y una pianola –a la que conocíamos como piano-. Después en la esquina con la Plazuela Pasteur, existía un local donde había una molienda de café conocido como Café Surmex, propiedad de Don Pancho González y junto a este comercio, en la cabeza de la plazuela, estaba la oficina de don Daniel Figueroa que se dedicaba a la documentación de envíos de carga -fletes- con destino al municipio de Teapa a la estación del ferrocarril del Sureste, en la colonia Morelia, para que se fueran en ese transporte ferroviario con destino a distintos lugares del país.

En la Plaza Pasteur estaban tres monumentos (según se pueden orientar por los círculos en la gráfica). El busto que daba hacia la calle Vázquez Norte era del químico y bacteriólogo francés Louis Pasteur; el que estaba al centro de la plazuela no le recuerdo, pero el que estaba hacia la calle Vázquez Sur, era del poeta originario de Pichucalco, Chiapas, avecindado en Villahermosa, “El Romancero” José María Gurría Urgell, cuyas poesías por lo regular hacían referencia a esta ciudad, capital de Tabasco.

De esa manera las autoridades locales quisieron dar testimonio de gratitud y todavía cuando gobernó el licenciado Carlos Alberto Madrazo, al sacar de la marginación a la parte norte de esta ciudad ordenó que una calle de este sector llevara su nombre y así la calle, aunque corta de dos cuadras lleva el nombre del “romancero” José María Gurría Urgell. Esa calle está ubicada paralela entre Juan Álvarez y Castillo, siguiendo el sentido de Lino Merino a Rosario María Gutiérrez Eskilsen.

La Plazuela Pasteur tenía actividades no muy importantes, pero en ella había dos o tres puestos. Recuerdo que mi papá compró uno, donde tenía una fuente de sodas, que era una bebida preparada con jarabe de fresa, tamarindo, horchata, chocolate y muchos sabores más; le ponía al vaso un diez porciento de jarabe y luego le abrían la llave a la fuente que tenía una mezcladora de agua y gas, se agitaba con una cuchara especialmente para integrar el contenido.

Pues bien, resultó que dicho puesto lo encargó a mis hermanos mayores, Juan Jorge y José Trinidad, pero mis hermanos por ir a jugar canicas y trompos se lo confiaban a sus amigos y el resultado fue el fracaso.

Comentarios: vhsa_antigua@hotmail.com


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