domingo, 14 de junio de 2009

CARNAVAL (I PARTE)

VILLAHERMOSA ANTIGUA
1930-1950
(Como legado a la actualidad)
Antonio Vidal Cruz

CARNAVAL
(I parte)


Aprovechando la temporada, me voy a referir a las festividades del carnaval en la época señalada, haciendo una pausa en la historia de las calles, pero considero oportuno hacer remembranzas de tal índole para despejar algunas dudas, si es que existen.

Para empezar muestro un croquis de lo que fue en aquel tiempo Plaza de Armas, donde se apreciaba un círculo frente a Palacio de Gobierno, que era una fuente así de redonda. Otro círculo con gradas era el kiosco, en el que existían cuatros locales convertidos en refresquerías (planta baja) y la Banda de Música del Gobierno del Estado deleitaba a los paseantes jueves y domingo, con verdaderos conciertos o retretas en la planta alta.

En esa época no había gente enferma con mente cochambrosa. Lo que más se atrevía a practicar es una travesura a las damas con una mariposa de papel a la que le amarraban una hilera y al pegarla al vestido les daban el tirón y la muchacha se quedaba frustrada; pero en ocasiones a la siguiente vuelta la ofendida le daba su merecido al “bribón”.

También los comerciantes idearon que llenaban de confeti el cascarón de huevo y en el agujero le pegaban un cono, y eso lo estrellaban en las cabezas de las muchachas y al romperse el cascarón, se vaciaba el confeti.

Los cuarteles que se aprecian alrededor de la plaza, eran jardines sembrados de rosas, tulipanes de distintas variedades, con árboles frondosos como el macayo y, en toda la pista periférica, se instalaron bancas para el descanso de los visitantes.

Olvidaba que las calles entre los cuarteles -como puede apreciarse en la gráfica- servía a quienes tenían la necesidad de dirigirse a distintos lugares y no rodear la plaza.

La circulación vehicular se orienta a través de flechas en las calles que circundan. En la pista que rodeaba dicha plaza se observaban flechas en sentido contrario, esto quiere decir que la juventud de la época caminaba así: las muchachas del Palacio de Gobierno al Palacio Municipal y por la parte de adentro, y los muchachos en sentido contrario y en fila de dos en fondo. Esto sucedía los días que había música, ya se dijo jueves y domingo.

Ahora bien, en tiempos de carnaval, los días domingo había venta de confeti, serpentinas, mariposas, avioncitos y cupidos, a estos tres últimos los adornaban con escarchas y le sujetaban con hilera un cadillo –fruta silvestre parecida a una aceituna, sólo que cubierta de una especie de espina, para que al depositar la prenda quedara pegada a la tela-.

De esta manera, cuando el joven seleccionaba a la preferida al cruzarse, dejaba prendido su objetivo que además llevaba un mensaje de amor tal como: “me gustas”, “contigo me casaría” entre otros.

También recibían las damas cargas de serpentinas, tanto del país como japonés, pero lo más emocionante era la guerrilla de confeti que se suscitaba cuando alguien se distraía y con la boca abierta ‘le iba la descarga’. El confeti era de colores, pero se compraba de un solo color, y quienes carecían de efectivo llenaban su bolsita de confeti usado y como vacilada le decíamos que era “de un suelo color”.

Quiero hacer notar que al día siguiente de cada domingo, o en su caso a los tres días al terminar la temporada carnestolenda, por la mañana amanecía el piso de la plaza de diez a quince centímetros grueso de confeti.

El paseo que se hacía en los festejos del carnaval en la Plaza de Armas comenzaba a eso de la seis de la tarde. Una hora después ya estaba en su punto y casi al mismo tiempo la Banda de Música del Estado lanzaba sus notas al ambiente carnestolendo. Eso sí, la concurrencia era disciplinada, porque ya para las once de la noche iba disminuyendo la asistencia que no se prolongaba hasta la madrugada, porque la mayoría eran familias con educadas normas de conducta y eso se respetaba.

La próxima semana le sigo contando del carnaval. Por lo pronto hasta aquí. (Diario de la Tarde. 18/02/09)

Comentarios: vhsa_antigua@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario