domingo, 14 de junio de 2009

CARNAVAL (II PARTE)


VILLAHERMOSA ANTIGUA
1930-1950
(Como legado a la actualidad)
Antonio Vidal Cruz

CARNAVAL
II


Feliz era la celebración en aquella época de carnaval. Los jóvenes que tenían vehículos también se divertían circulando alrededor de Plaza de Armas, en el sentido que actualmente tienen las calles.
Uno de ellos, con vehículo convertible, era Manrique Bravata –El Macho- que no sólo paseaba en fiestas de carnaval, sino todos los días al atardecer salía con su convertible a pasear por las calles de nuestra ciudad escuchando música –sabía gozar la vida-.
Así que los propietarios de vehículos que se divertían losel carnaval de este época en Plaza de Armas, se abastecían de suficiente parque, es decir serpentinas y confeti en saquillos que compraban en Almacenes Quintero o Almacenes Las Américas, cuyos propietarios eran don Orbelín Quintero y don José Guimond Caballero, respectivamente.
Desde sus trincheras, los jóvenes se divertían sanamente y para los tres días preparaban los carros alegóricos, tanto de la Reina como del Rey Feo. Uno de los que más se prestaba para ello era a quien conocíamos como “Tres Pelitos”, porque era calvo de nacimiento y trabajaba de bolero precisamente en Plaza de Armas, aunque también había otra persona entusiasta.
La gente también se divertía en los bailes a los que asistían matrimonios. Había lugares para todos los sectores sociales, por ejemplo el Centro Social Español, que se ubicaba donde ahora está el Tribunal Superior de Justicia, en Independencia esquina con Nicolás Bravo. Este salón tenía tres gradas de dos metros cada una para llegar a la pista de baile y en la pared de la izquierda, espaciados un espejos verticales, ofreciendo un toque de elegancia.
En la parte derecha -hacia la calle Nicolás Bravo- tenía balcones que adornaban el edificio.
En la esquina de enfrente estaba El Café del Portal, de todos conocidos en aquel tiempo, que ofrecía servicio de restaurante y se acostumbraba realizar los bailes en la azotea al aire libre. Ahí se bailaba con las notas de la orquesta de Manuel Pérez Merino y su inseparable Chucho López Denis con vibráfono que se escuchaba a cientos de metros a la redonda. Era música agradable como para soñar –tiempos aquellos don-.
Por otra parte, otro sector de la sociedad se reunía en el Casino Tabasqueño, ubicado en la calle Juárez esquina con la calle Reforma. Su entrada era por Juárez, frente donde se encuentra una empresa mueblera. En ese salón amenizaba la marimba orquesta Venus de los hermanos López Denis y también se organizaban bailes vespertinos.
Otro centro social preferido por las familias del pueblo era “La Sociedad de Artesanos”, que aún mantiene aquellos salones de baile, pero ya no con la frecuencia de aquellos tiempos, pero en ocasiones se activa.
En este lugar era común que se amenizaran los bailes con marimba y se prolongaban hasta las primeras horas de la madrugada. En este salón, jóvenes como el Galeno Manolo Sánchez, el Chelo Fócil y otros de la palomilla se rifaban por exhibir los mejores pasos danzoneros.
En el próximo comentario, las comparsas y estudiantinas de aquellos tiempos.
Por lo pronto, hasta aquí… (Diario de la tarde, 25-feb-09)

No hay comentarios:

Publicar un comentario